Años después del filme "El alquimista impaciente", los personajes de las novelas de Silva vuelven al cine en esta ocasión con este thriller que tiene una atmósfera de niebla conseguida y un arranque que es prometedor. Sin embargo, la historia a priori interesante no queda bien resuelta, y no es que estemos ante una propuesta de autor que tiene que hacer pensar al espectador. Hay ciertos diálogos impostados y situaciones que involuntariamente pueden hacer reír, como el golpe que le da el personaje de Quim Gutiérrez a un sospechoso al que interroga. Aparte de las localizaciones en la isla canaria, si el filme es atractivo y entretenido en buena parte es gracias al elenco de actores: Gutiérrez intenta hacer suyo el personaje de Bevilaqua, Aura Garrido como Chamorro y, sobre todo, una sorprendente Verónica Echegui. Además, están un poco desaprovechados Roberto Álamo y Marián Álvarez. Así pues, el filme puede gustar un poco a los aficionados al género de intriga pero es una lástima que el resultado sea mejorable y no bien desarrollado.