El hito de Manuel Bartual

Si tenéis Twitter, y si no también es muy probable, habréis oído hablar de Manuel Bartual, el diseñador y dibujante que ha tenido en vilo a todo Twitter estos últimos días contando sus vacaciones.
Finalmente, y como era de esperar, ha terminado su historia revelando que era todo una ficción que se inventó solo para divertirse y que jamás habría esperado tal recibimiento.

Muchos creyeron hasta bien avanzada la trama que todo lo que Manuel nos estaba narrando era cierto. Otros, por el contrario, apenas necesitaron un par de tuits para entrar al juego sabiendo a lo que iban.
Y, mis favoritos, los que le exigían pruebas fotográficas cada vez que sospechaban algo.

El hilo de Manuel no tardó en despertar una discusión mucho más interesante que la de la realidad de los hecho: su valor literario.
No fueron pocos los que se lanzaron a recomendar a los nuevos seguidores de Manuel que dejaran Twitter y probaran a leer un libro, ante lo cual se creo una respuesta unánime: el hilo de Manuel es literatura.

Y sí, por mucho que a algunos les pese, así es. La literatura no es solo qué se cuenta, sino cómo. Y si bien es cierto que la historia en sí no es precisamente original ya que muchos apuntaban desde el principio a un par de películas como principales fuentes de inspiración, la originalidad está en la forma de transmitir todo eso.

Cuando un autor pretende que su obra sea lo más realista posible tira de algunos trucos establecidos y desarrollados durante siglos por las mentes más maravillosas. Uno de esos trucos, el más elemental de todos, es narrar los hechos en primera persona. De ahí se puede partir haciendo evolucionar la forma a base de añadir detalles que hagan la historia más y más creíble.
Pero, ¿hay algo más creíble que lo que empieza como un simple comentario en Twitter sobre tus propias vacaciones?

Esa es la grandeza de la historia. Aunque es cierto que tampoco es el primero en hacer algo así ya que hace varios años que se practicaba una técnica similar con muchísima más intención. Cuando Internet era todavía un polluelo para el mundo abierto, los foros y blogs se llenaban con esta clase de historias. Muchas dieron lugar a leyendas urbanas que hoy permanecen vigentes, como la de Slenderman.

Pero ese no es el quid de la cuestión. Lo verdaderamente reseñable del hilo de Manuel es que absolutamente nadie podría haberse anticipado a la repercusión que tendría en unos días.
Desde que comenzó su narración, Manuel ha ganado más de 400000 seguidores en Twitter y medios de comunicación de todo el mundo se han hecho eco de su historia.
Hoy en día, empresas gigantescas gastan millones en publicidad y en conseguir un impacto semejante al de este hombre, y no siempre lo consiguen. Y él lo ha hecho sin querer, con ingenio.

Puede que no os haya gustado su historia o su prosa, o que os parezca absurdo que medio Twitter se haya paralizado por algo así, pero eso es precisamente lo único que no se puede discutir. Manuel ha abierto una nueva puerta para contar historias en Twitter y ha demostrado que el gran público es completamente insobornable e impredecible.
Quisiera o no, esa es su gran victoria.