Sigue y sigue Boku no Hero

Se supone que cuando escribes un blog como el que escribí yo hace unos días es para no volver a tocar el tema en una buena temporada. Pero claro, después del episodio 9 de Boku no Hero llega el 10 haciendo esto y, claro, no me parece justo quedarme callado ante la mejor pelea en lo que va de año en el anime y que seguramente solo podrá superar Saitama en otoño.
Si no habéis estado siguiendo la serie, no me leáis más y empezad a verla ya porque voy a jodérosla un poquito y esta es una de esas obras de las que te alegras de haber visto nacer y crecer cuando ya son gigantes. Y si la seguís pero no habéis visto el último capítulo, lo mismo. Aunque, en realidad, no sería justo que yo hablara. Nada de lo que pueda decir va a estar al nivel del episodio. Nada.

El capítulo 10 de la segunda temporada de Boku no Hero se centra en dos cosas: el tan esperado combate entre Deku y Todoroki y el origen de Todoroki.

Ya nos habían dado un caramelito hace algunas semanas cuando Todoroki le contó a Deku que su madre le echó agua hirviendo a la cara porque le recordaba al monstruo de su padre, el cual intenta que se convierta en el héroe número 1 para culminar su venganza contra All Might. Pero una cosa es que te lo cuenten y otra muy distinta, verlo. Ver a un niño de unos 5 o 6 años tener que escuchar de boca de su madre que le desagrada mirarle de vez en cuando porque le recuerda a su padre es algo que a poco que tengas corazón te lo destroza.

¿Y recordáis lo que dije del anterior episodio y su alegato feminista? Pues aquí tenemos un nuevo discurso sin pelos en la lengua para criticar la violencia de género. No es precisamente sutil, pero el momento en que Todoroki, siendo un niño pequeño, llora en el regazo de su madre porque no quiere convertirse en alguien como su padre, que la intimide y no tenga reparos en abofetearla cuando lo considera oportuno, es estremecedor.

Y además de la reivindicación, a nivel artístico es una decisión muy acertada porque le da un realismo sobrecogedor a la historia. Porque los superhéroes que vuelan y controlan el fuego son de mentira, pero los niños que tienen que presenciar cómo sus padres humillan, torturan y asesinan a sus madres son de verdad. Y siendo el realismo épico un subgénero tan importante hoy en día viene bien recordar que los héroes no solo salvan el mundo para volver a la escuela; salvan el mundo y todavía tienen que enfrentarse a un infierno que no podemos ni debemos evadir a la hora de contar historias porque así lo quiso Aristóteles: el Arte debe parecerse a la Naturaleza, y está en la naturaleza del ser humano ser un monstruo.

Y en paralelo a la historia del origen de Todoroki vemos el combate.
Tengo que reconocer que a mí Deku, a diferencia de mucha gente, sí me gustaba como protagonista desde el principio. Es cierto que muy pocas veces había mostrado la determinación propia de un héroe pero es que se trata de un personaje que acaba de nacer. Si quisiera a un héroe que no tiene nada más que aprender pues me pondría One Punch Man, pero Deku está para desarrollarse a lo largo de toda la historia. Y en este torneo se está viendo el inicio de ese crecimiento.

Deku sabe que Todoroki es muchísimo más fuerte que él y que no tiene ninguna estrategia eficaz para detenerlo porque no ha podido verle mucho en acción. Pero sabe que no utilizará su mitad de fuego para alejarse lo máximo posible de su padre. Y con eso en mente, Deku se lanza a una misión suicida: ganar el combate haciendo que Todoroki use sus dos mitades. Y por eso es un combate tan grande. Porque no solo sacan a relucir una animación brutal desde el inicio y en continuo ascenso, aplica una capa por debajo de la pelea para elevarla todavía más.

Todoroki se niega a usar el fuego para no parecerse a su padre, pero Deku le pone contra las cuerdas hasta el punto de que comete un error y solo se da cuenta cuando ya es muy tarde. En ese momento, Deku toma el control del combate ante el cansancio de Todoroki y parece que todo va a acabar. O al menos así habría sido si no fuera por el discurso de Deku, que es el puñetazo más duro que recibe Todoroki en todo el combate y también el que más agradece. Ese momento en el que Deku le recuerda que lucha para ser un héroe, para no defraudar a los que creen en él, porque todos están peleando con todas sus fuerzas.
Justo en ese momento, la mente de Todoroki se acerca a su límite recordando su propio pasado. Y entre todos esos recuerdos, una frase de su madre que despierta con el grito de Deku: "Pero quieres ser un hérore, ¿no? Está bien que seas uno. No tienes que ser prisionero de tu sangre. Está bien que te conviertas en quien quieras ser."

Yo ahí me vuelvo a rendir a Boku no Hero y doy gracias al cielo por haber nacido para ver esta obra de arte. Por solo en ese momento comprendes todo. Solo entonces eres plenamente consciente de todo lo que ha tenido que pasar Todoroki para llegar hasta donde está. Solo entonces te das cuenta de que hasta el más fuerte de los héroes ha tenido un camino verdaderamente difícil para alcanzar su meta. Solo entonces te das cuenta de que Deku es el protagonista porque se estaba sacrificando para salvar a Todoroki de las cadenas de su padre.
La expresión de su cara cambia completamente. Su discurso da un giro de 180º. Ha nacido un nuevo Todoroki. Un enemigo temible. Un héroe formidable. Alguien más mirando con respeto a Deku. Una última palabra antes de terminar el combate: arigatô gozai-mas.

Y si después de eso todavía os queda fuerza para manteneros en pie, la resolución del combate vuelve a demostrar que este shonen quiere desmarcarse del género. Porque ningún otro gran shonen haría que su protagonista cayera en cuartos de final. Ninguno. Solo Pokémon es capaz de machacar así a su prota. Pero BnH sabe que no sería justo eliminar a Todoroki así.

En definitiva, una sacada más de Boku no Hero, una sacada más (espectacular) del estudio BONES y muchísimo hype por ver qué ocurrirá ahora.
Si no habéis visto Boku no Hero, ¿a qué coño esperáis!