Cucha qué Peli: Warcraft, el origen

Colaboro en una revista quincenal escribiendo mis impresiones sobre las películas que veo en el cine. No son críticas porque no soy más que un aficionado. Iré poniendo por aquí los artículos pasados:

Dicen que las películas basadas en videojuegos no pueden ser buenas películas y además están mal adaptadas. Sin embargo, Warcraft: El origen contradice totalmente ambos hechos. No solamente es una buena adaptación sino que además funciona como película. Este hecho hay que reconocérselo a Duncan Jones (hijo de David Bowie) el guionista y director de la película, tercera en su carrera.

Los jugadores de World of Warcraft no verán en esta película a muchos de los protagonistas del videojuego, sino más bien a los padres de ellos (o a los Warlords of Draenor, pero eso es otra línea temporal) La historia comienza con los antecedentes al primer videojuego de la saga, Warcraft: Orcs & Humans, lanzado en 1994.

En el enfermo mundo de Draenor, el primero de los brujos, Gul'dan, guía a un contingente de orcos a través del Portal Oscuro hasta el mundo de Azeroth. La horda pretende derrotar a los humanos y así dominar este nuevo mundo. Sin embargo, Durotan, el líder del clan Lobo Gélido, o su compañero Orgrim piensan que se podría convivir en paz. Los humanos del reino de Ventormenta, con el rey Llane Wryn y su cuñado Anduin Lothar a la cabeza, junto al mago Khadgar y a la medio-orca Garona, tratarán de cerrar el portal y evitar así la llegada de más orcos. Por su parte, el poderoso Guardián de Azeroth, Medivh, intenta comprender el poder del fel (o magia vil en su versión original) Todo ello con la sombra del demonio Sargeras manejando los hilos.

En la película, aparte de humanos y orcos, también podemos ver aunque de forma casi anecdótica a otras de las razas del mundo de Warcraft, como son los draenei, los enanos y los elfos del sol (que luego se convertirán en elfos de sangre) además de un murloc y su característico sonido. Si hacen más películas, su estreno en Europa y Asia se ha saldado con buenos datos de taquilla, seguro que tendrán más peso específico estas otras razas, además de la inclusión de los elfos nocturnos, básicos en la historia de Azeroth.

Visualmente estamos ante una maravilla. Se mezclan los actores reales con una gran cantidad de CGI pero, a diferencia de otras películas como Avatar, la interacción entre ambos es total. La recreación de las runas y hechizos es también muy atractiva No ganar el Oscar a efectos visuales sería un gran error. La música, de Ramin Djawadi (conocido sobre todo por la serie Juego de Tronos) es buena y acompaña correctamente a las imágenes, aunque personalmente hubiera preferido más diferenciación entre los temas de la Horda y los de la Alianza.

Los fans del videojuego pueden estar satisfechos, la adaptación de la historia es bastante buena (hay cambios en la misma, pero incluso Blizzard, creadora del juego, ha ido introduciendo cambios durante estos 22 años) La recreación de escenarios roza la perfección. Quienes no conozcan la historia pero disfruten con la fantasía épica tampoco pueden perdérsela. Esto no es simplemente una guerra de buenos y malos; como en la vida real, son personajes complejos que tienen razones para estar en uno u otro bando.