El sexo debe ser divertido
by Avrien in
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19 by December by 2019
Y aquí es cuando llegamos al meollo de la cuestión: la evidencia de que el sexo que se practica mayoritariamente y que se proclama como “normal” sólo es divertido para la mitad de la población. A una mitad le toca el placer, y a la otra complacer. En nuestra sociedad el sexo sigue siendo sinónimo de coito, el resto de prácticas, como el sexo oral o la masturbación, se consideran “juegos previos” o “preliminares”. Todo se hace con el fin de preparar ese momento. Será casualidad que es la penetración la forma de tener sexo en la que es más sencillo correrse para el hombre, mientras que para la mayoría de mujeres vuelve a ser una tarea “compleja” (caray, qué empeño tenemos en complicarlo todo) y para muchas es misión imposible. Como explicaba la sexóloga Sylvia de Béjar en su libro “Tu sexo es tuyo”, para una gran mayoría de las mujeres la penetración vaginal no basta para alcanzar el clímax, ya que el clítoris, nuestro órgano sexual por excelencia, no recibe la atención necesaria. De hecho, según la autora seis o siete de cada diez mujeres alcanzan el orgasmo solo mediante la estimulación directa (manual, oral, mecánica: vibrador, almohada, presión agua de la ducha…) o indirecta (postura durante el coito que permita la presión o el roce del área púbica) del clítoris y/o su zona circundante.
Esto concuerda con los resultados aportados por el estudio del Kinsey Institute que citábamos antes: apenas alrededor del 18% de las mujeres informó ser capaz de llegar al clímax orgásmico solo con penetración vaginal. Lo que explica que cuando el doctor Seymour Fischer, un investigador que estudió las respuestas orgásmicas de trescientas mujeres durante cinco años, les preguntó a estas qué escogerían si se les diera a elegir entre la estimulación clitoriana y la vaginal, un apabullante 64% prescindiese de la cópula. Así que el sexo tal como se practica no es tan divertido para todos como parece dentro de las cabezas de ciertos hombres, muchos de los cuales incluso presumen de no haber recibido ninguna queja por parte de sus parejas sexuales.
Sin embargo, el coitocentrismo continúa su monopolio, follar no es follar si no hay penetración. O lo que es lo mismo, practicamos un sexo androcéntrico, el modelo de sexualidad dominante está pensado por y para recreo masculino. Así que cuando sintáis la tentación de decir, “es que a las mujeres no les gusta el sexo” pensad que lo que seguramente ocurra en realidad es que no les gusta ESTE SEXO EN CONCRETO porque no les satisface. En los usos sexuales preponderantes el placer del hombre es lo primero y la sexualidad femenina solo existe como respuesta a la suya. Incluso sobrevive la convicción de que existen dos categorías de orgasmos: los vaginales (los auténticos) y los clitorianos (de menor rango), y que lo correcto es llegar sin más estímulo que el de la penetración. Fue Sigmund Freud quien elaboró la teoría de que los orgasmos alcanzados por estimulación clitoriana suponían un primer estadio de placer y, por lo tanto, una forma infantil de gozar, y que la mujer alcanzaba su madurez sexual cuando llegaba al clímax por vía vaginal. De no conseguirlo, era sexualmente inmadura, neurótica y por consiguiente necesitaba someterse a tratamiento para aprender a transferir sus sensaciones eróticas del clítoris a la vagina.
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