The Last of Us Part II y la construcción de personajes. Breve disertación improvisada.
by Un Juntaletras más in
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12 by June by 2018
Hace tres meses exactos que no escribo nada por aquí. Eso es bastante tiempo. Supongo que sería una buena ocasión para reírme de todos esos que intentaban subir un blog cada día para no perder los puntos. Aunque, bueno, ya me reí mucho en su momento.
Hoy me dejo ver por aquí porque en un E3 bastante mediocre (a la espera de Nintendo) hemos podido ver un nuevo trailer de The Last of Us Part II, gameplay incluido. Como ya sabréis algunos, The Last of Us es uno de mis juegos favoritos y estoy impaciente por saber qué habrán hecho en Naughty Dog para, como mínimo, dejar la secuela al nivel del original. Y tengo que admitir que pinta muy bien por lo que se ha visto hasta ahora.
Sin embargo, mi reflexión no va a girar tanto en torno al juego como al desarrollo de la historia. Me refiero al término general, a la narrativa como herramienta artística y a todo lo que engloba en su construcción y desarrollo.
Veréis, hace mucho tiempo, cuando empecé a interesarme de verdad por los libros, las películas, lo juegos... básicamente, toda clase de historia que me contaran, tenía la mente muy cerrada en cuanto a los elementos que la conformaban. En el caso de la construcción de los personajes, solo me importaban las acciones. Me daba completamente igual el pasado, las bases y los motivos que empujaban a dichos personajes a realizar esas acciones.
Y no recuero en qué momento ocurrió ni cómo, pero algún cable se cruzó en mi cabeza en día. Entonces empecé a comprender que la historia que envuelve a un personaje, cuando está bien contada, puede tener incluso más valor que la gran trama en la que participa. Entendí que un pasado es lo que permite que el personaje actúe de manera lógica, sin saltar de un punto a otro de la acción porque sí. Y ahora defiendo, como la inmensa mayoría de la gente, que un gran personaje no es el que tiene las mejores frases (aunque a veces sea así) sino el que más se acerca a la realidad de las personas.
Hace tiempo me preguntaron que qué pensaba sobre si el personaje de una novela pudiera se gay. En aquel momento respondí que me daba igual porque no lo veía directamente influyente en la historia. Y, a grandes rasgos, es así.
Supongamos que tenemos un personaje homosexual como protagonista y, que un día, la persona que ama es raptada y debe ir a rescatarla. En este sentido, la sexualidad del personaje es irrelevante porque el esquema es el mismo para esta historia y para, por ejemplo, Super Mario Bros.
Pero es que no es lo mismo. Si todas las historias siguieran el mismo patrón de amor heterosexual, al final estaríamos contando historias de personajes, sin más. Es cuando a ese personaje le das una pareja de su mismo sexo, cuando le haces ser el único negro entre millones de blancos, cuando le haces tener una cicatriz que arrastre una dolorosa o tierna historia... Cuando haces todo esto, y lo haces bien, dejas de tener un personaje y tienes una persona real entre las páginas de un libro o entre las imágenes de un juego.
Y por eso sí, es muy importante que Ellie sea lesbiana y que lo demuestre y que no sea la única porque eso es parte de su personalidad, es parte de su vida más allá del videojuego.
Aun así, puedo entender que haya quien opine que es algo irrelevante (yo mismo lo pensaba hace años en general). Eso no borra el hecho de que su sexualidad queda bastante clara en el Left Behind y ahí sí se ve que es algo crucial para su desarrollo como personaje. Pero lo entiendo.
Ahora bien, si me dices que no debería ser lesbiana y mucho menos mostrarlo, como insinuando que o está con un hombre o está sola, te diré algo: ya en el siglo XVII, Sor Juana Inés de la Cruz escribió varios poemas de amor entre mujeres. Si tú, después de casi 400 años, sigues pensando que está mal que dos mujeres se quieran o simplemente se atraigan... En fin, nada de lo que te diga yo aquí funcionará tan bien como una buena hostia el día que te muestres así en público ante gente que no te rían las gracias.