AnoHana

A partir de aquí (sí, desde ya) os encontraréis SPOILERS de este anime, incluido el final.
AnoHana cuenta la historia de un grupo de amigos de la infancia. Estos 6 chicos, cuando eran niños, estaban muy unidos y crearon un grupo para proteger la paz mundial desde su base secreta. Sin embargo, todo se tuerce cuando un día una de las chicas, Menma, tiene un accidente y muere.
Años más tarde vemos que cada uno ha seguido su propio camino, obviamente marcados por la muerte de Menma. Todo parece destinado a seguir así hasta que un día se le aparece a Jintan el espíritu de Menma y le pide que le ayude a cumplir su último deseo, el cual no recuerda.
Pero este argumento no es especialmente original ni destacable así que, ¿qué tiene este anime de especial?
Cada personaje y cada situación están desarrollados de una manera tan realista que resulta increíblemente fácil identificarte con algunos de ellos en algún momento. Incluso teniendo varios clichés, los personajes consiguen mantener una carisma y una profundidad muy destacables de principio a fin.
Por otro lado, hay que destacar uno de esos detalles que suelen pasar inadvertidos cuando se cuenta una historia: el ritmo del guion. El guion en sí ya me parece soberbio. La forma en que la trama pasa de slice of life a drama con mayúsculas sin que nada desentone es digna de estudio en la mayor parte de series de Europa y USA. Y además tiene su propio ritmo. La historia no se para ni va demasiado deprisa. Cada cosa ocurre en su momento y en función de lo que necesiten los personajes y los acontecimientos.
Un ejemplo de todo esto lo tenemos en cómo se van dando cuenta los demás personajes de que Menma está presente. Al principio, como solo Jintan la ve, los demás le toman por loco. Poco después, uno empieza a creer que Menma está allí aunque no la vea. Sin ninguna prisa, cada vez más se van concienciando de que Menma puede estar presente de verdad, pero guardando cierto recelo hasta bien avanzada la historia. Finalmente, todos acaban comprendiendo que el espíritu de Menma existe cuando ella misma escribe un mensaje en su diario y lo deja caer delante del grupo mientras Jintan y otro chico se pelean porque no este último cree que Jintan solo intenta burlarse de ellos o hacerles daño.
En cualquier otra serie, algún personaje, generalmente chica, se habría puesto de lado de Jintan desde el primer minuto y no habría dudado de su palabra. Aquí, incluso después de que todos admitan que Menma está con ellos, siguen dejándose ver desconfianzas y odios entre los personajes.
Y este es otro de los puntos fuertes del anime. Se trata de un drama que no solo toca un trauma de un personaje, sino que utiliza a un personaje para crear toda clase de conflictos entre los demás, que a su vez desembocan en más peleas, odios, celos, envidias, miedos, rencores, arrepentimientos, felicidad por el sufrimiento ajeno, pesadillas, obsesiones, dolor... Lo que para unos es una oportunidad de arreglar de alguna manera las cosas, para otros es solo echar sal en la herida de la muerte de Menma. Lo que para alguien es un amor por despecho, para otro se convierte en una puñalada directa al corazón y en una sentencia eterna a ser una sombra para esa persona amada.
Y es lo que os decía, este anime consigue que todo el que haya vivido ciertas cosas se vea reflejado en algún momento por alguno de los personajes. Podrías ser perfectamente Jintan cuando se niega a dejar marchar otra vez a Menma por el simple hecho de que la ama y quiere seguir a su lado. O podrías ser Anaru alegrándote de que Jintan le diga a Menma fea y sintiéndote después la mayor mierda del mundo cuando te das cuenta de que en realidad Jintan la ama más que a nadie y tu te has alegrado de algo que ha podido hacerle mucho daño a ambos. O podrías ser Yukiatsu viéndote incapaz de superar el trauma por perder al amor de tu vida, sintiéndote culpable por ello y volviéndote loco con el paso del tiempo bajo una fachada de fría normalidad. Y como esto, decenas de momentos puntuales que cada uno podría firmar.
Del trabajo técnico se puede decir muchísimo. La banda sonora es una delicia, dentro y fuera de la serie. Desde el opening hasta el ending, pasando por cada pieza musical de cada episodio. Transmite desde una nostalgia amarga hasta el veneno de la madurez. Y en cuanto al estilo artístico y la animación, tengo que admitir que al principio me chocó un poco el diseño de los personajes, pero en seguida te acostumbras y lo disfrutas al máximo con una resolución de movimientos y transiciones de primerísima calidad.
Por supuesto, en un anime con una profundidad como esta no pueden faltar los símbolos. El puente, el río, la base secreta, los apodos... Todo ello marca de una manera u otra la diferencia o el paso de la infancia a la madurez teniendo cogida de la mano la muerte de Menma y su propia presencia espectral en el presente. Y las flores, que reflejan de una manera clásica pero elegante el nacimiento espiritual de las nuevas vidas de cada uno de los personajes.
Como punto extra, tengo que subrayar la escena final. Los últimos, no sé, diez minutos del último episodio concentran una carga emocional descomunal y la liberan con la delicadeza con la que se mira por última vez a alguien que te ha dejado una huella imborrable en el alma. Si en esa escena final no sientes ni por asomo ganas de derramar una sola lágrima vete a invadir Polonia.

En resumen, uno de los mejores dramas que he visto por su realismo y su crudeza en el desarrollo de personajes y acciones. He leído alguna crítica diciendo que es un poco cursi en algunos tramos, pero ya os digo yo que todo lo que parezca cursi os va a presionar el corazón dejándoos una sensación nada satisfactoria. Y una vez que veáis el anime, que son solo 11 episodios, que en un fin de semana tonto os lo bebéis, os recomiendo que vayáis a la película secuela, en la que podréis ver parte de la historia desde otros puntos de vista y lo que ocurrió después del final de la serie.

Totalmente recomendable.